Calle San Esteban, 17, 41003 Sevilla
Teléfono: 660 31 95 11
En España, el vino no es lujo ni ceremonia, es parte de la vida misma: está en la cocina, en la sobremesa, en los paseos que terminan en un bar, en los reencuentros inesperados, en los ratos que se alargan sin motivo. Pero en los últimos años ha resurgido bajo una nueva luz, más cercana, curiosa y contemporánea. Los wine bars han irrumpido como espacios de culto para los amantes del buen vino, esos lugares donde se recupera el placer de beber sin prisa, de conversar alrededor de una copa y de dejarse guiar por quienes entienden que el vino no solo se sirve, sino que se comparte. Estos locales, generalmente pequeños, con pocas mesas y un ambiente íntimo, rompen con la rigidez de la cata tradicional. Aquí no hay etiquetas de solemnidad: se bebe con naturalidad, con curiosidad y con emoción. En las pizarras de sus paredes aparecen nombres de bodegas diminutas, productores artesanos, etiquetas desconocidas que invitan a descubrir sabores nuevos. Muchos de estos vinos son naturales, vivos, sin artificios, elaborados con respeto al terruño y al ritmo de la tierra. El fenómeno ha crecido con fuerza en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, donde cada vez más gente busca experiencias auténticas y personales. Son espacios que combinan estética y alma: luces cálidas, botellas que se exhiben como pequeñas obras de arte y una música suave que acompaña la conversación. Aquí el vino se convierte en una excusa para encontrarse, para viajar sin moverse y para aprender, sin pretenderlo, que detrás de cada copa hay una historia que contar.
En ese contexto de redescubrimiento, Clan Sibarita’s ha encontrado su lugar y su voz. Tras una pausa, el proyecto de Sara Rodrigo y Boris Pinneaud ha regresado con fuerza en una nueva ubicación, más céntrica, en la calle San Esteban. Su propuesta, íntima y honesta, conserva el alma del local original que durante años fue un pequeño tesoro escondido junto a la Alameda. Sara, barcelonesa, y Boris, parisino, comparten una pasión común por los vinos naturales y los pequeños productores que los elaboran con carácter. Su filosofía es sencilla: ofrecer vinos con alma, sin etiquetas ni artificios, tanto de España como de Francia, dos países que representan sus raíces y su forma de entender el vino. El nuevo Clan Sibarita’s mantiene el espíritu cálido y desenfadado de siempre, pero se reinventa con nuevos matices. La decoración combina el encanto del hierro forjado de su escalera de caracol, con la calidez de la madera y un aire desenfadado que invita a quedarse. Las paredes blancas y las sillas de colores, crean una atmósfera alegre y luminosa, mientras que las botellas dispuestas en estanterías altas funcionan casi como piezas decorativas que cuentan su propia historia. El espacio, con capacidad para unas 14 personas, se reparte entre un par de mesas altas y la barra, donde se alinean las botellas que cambian cada semana, y varias mesas bajas donde el tiempo parece fluir con la misma calma con la que se sirven las copas. La iluminación suave y los pequeños toques personales completan un ambiente íntimo, pensado para disfrutar sin prisa.
La carta es breve, pero precisa. Propuestas como sus quesos artesanos, ostras, conservas y embutidos, todos seleccionados para realzar los matices del vino. Un lugar para dejarse llevar, para aprender, ya que cada conversación con Sara o Boris termina siendo una lección de pasión por el vino o por los quesos. Ostras Fine de Claire N°2 (3,90 €), Gilda Matrimonio (2,50 €), Steak Tartar de Vaca Vieja (18,00 €), Tartar de Saku de Atún Rojo (18,00 €), Secalloneta de Cal Tomás (4,50 €) Sardina Ahumada, picadillo y olivada (3,90 €), Anchoas Cero del Cantábrico con Higo (6,00 €), Mojama extra de atún Herpac (6,50 €), Salade d´endives a la frenchie (9,00 €), Pimientos «asaos» y «aliñaos» (7,00 €), Tartiflette savoyard (16,00 €), Selección de Quesos Artesanales (14,00 €), Terrine de Foie Gras pain d’épices (11,00 €), Croissant grille con butifarra catalana (8,50 €), Pallars ribs de ternera y romescu (18,00 €), Cecina de vaca madurada de Pirineo (13,00 €), Torrada de Sobrasada con Miel (6,00 €). Vinos por copa: Blancos — Blan 5.7 (4,00 €), BB2 (4,90 €), Vigiriego (4,20 €), Cuvée les leches (4,90 €); Tintos — Jaén Tinto (3,80 €), Pinot Negra (5,50 €), Pennard (4,70 €); Cuvée Des Galets (4,00 €) o rosado García de Verdenique (3,50 €), entre otros muchos de una larga lista de referencias originales a buen precio.
A su oferta habitual se suman ahora cervezas artesanas, tanto en grifo como en lata, un guiño a los clientes fieles que los seguían en su primera etapa y a una nueva generación que aprecia los productos bien hechos, ya sea vino o cerveza. Parte del local también funciona como tienda, con neveras repletas de etiquetas singulares y tentaciones gourmet que invitan a llevarse un pedacito de la experiencia a casa. Sara y Boris insisten en que Clan Sibarita’s no es un bar. Prefieren definirse como un punto de encuentro donde se celebra el vino y la conversación, sin pretensiones ni etiquetas. Aquí no se viene solo a beber, sino a compartir, a descubrir y a disfrutar de lo que verdaderamente importa: el placer sencillo y sincero de beber y comer bien. Un refugio franco-catalán en el corazón del barrio de San Bartolomé, donde cada copa cuenta una historia distinta, pero todas terminan hablando el mismo lenguaje: el del disfrute pausado, la curiosidad y la autenticidad. Lo cierto es que nos ha encantado. Lo apuntamos para volver.


















