Alcázar Andalusí Tapas

Calle Peris Mencheta, 22, 41002 Sevilla
Teléfono: 954 38 37 70

¿Qué nos queda de la herencia andalusí? Tal vez más de lo que imaginamos. En las calles de Sevilla aún resuenan los ecos de aquel tiempo en que las culturas se mezclaban, los aromas se encontraban y la vida giraba en torno al arte de compartir. Basta pasear por la Alameda para sentir cómo ese legado sigue latiendo: en los patios que conservan su frescor, en las geometrías que adornan los muros, en los sabores que cuentan historias antiguas. El espíritu de Al-Ándalus no pertenece solo a los libros de historia; sigue presente en nuestra forma de mirar, de cocinar y de reunirnos en torno a una mesa. Esa herencia invisible inspira a Alcázar Andalusí Tapas, un espacio que rinde tributo a la convivencia y al mestizaje cultural que dieron forma a la identidad andaluza. Aquí, la tradición no se imita: se reinventa. Cada plato es un diálogo entre pasado y presente, una reinterpretación contemporánea de aquella cocina que mezclaba especias, texturas y sabores con la misma naturalidad con que las culturas se encontraban en los zocos y los patios de antaño. Aquí, la tradición se reinventa en forma de tapas creativas, postres artesanos y una cuidada carta de vinos que invitan a disfrutar sin prisa. Alcázar Andalusí es una experiencia perfecta para celebrar lo mejor de la cultura gastronómica andaluza.

Al frente de Alcázar Andalusí Tapas se encuentra Joma Bocha, un empresario kurdo originario de Alepo (Siria), cuya historia encarna la misma fusión de raíces que define la esencia del restaurante. Llegado a España hace más de dos décadas, Joma ha hecho de Sevilla su hogar y de la cocina su lenguaje más sincero. En 2015 decidió abrir las puertas de Alcázar Andalusí Tapas en la calle Peris Mencheta. Con el tiempo, inauguró un segundo local con el mismo nombre, justo frente al primero, dando forma a un pequeño universo gastronómico donde Oriente y Occidente se encuentran y dialogan. Su trayectoria en la hostelería es un viaje de sabores y aprendizajes. De su tierra natal conserva el gusto por los aromas intensos y las recetas que se transmiten de generación en generación: el hummus cremoso, el falafel crujiente, los guisos especiados que hablan del desierto y del Mediterráneo. A ellos se suman platos emblemáticos de Marruecos, como el cuscús o la pastela, interpretados con el saber hacer de la chef Mirabet, originaria de Bolivia, cuya sensibilidad aporta un matiz fresco y personal a cada creación. Juntos, han construido una cocina sin fronteras, donde cada plato es un punto de encuentro entre culturas. En Alcázar Andalusí, los sabores no se mezclan por azar: dialogan, se reconocen y se respetan, recordándonos que la identidad también puede ser un puente entre mundos. Giuli, una simpática italiana, se encarga del servicio. Va y viene entre los locales, siempre sonriente, para traer los platos a las mesas. Ambos locales comparten una decoración cálida y coherente con el espíritu del lugar: muros de ladrillo visto, techos de madera oscura, estanterías repletas de botellas y platos artesanales que evocan la tradición andalusí. La iluminación tenue y los detalles en cobre crean un ambiente acogedor en el que grandes puertas correderas se abren a la Alameda para integrarse en el barrio.

Su cocina non-stop es un puente entre culturas y épocas, donde la tradición andalusí y mediterránea se encuentra con la creatividad contemporánea y los sabores de Oriente Medio, ofreciendo una experiencia gastronómica rica y variada, con entrantes y ensaladas como la ensalada templada de espinacas con aguacate, frutos secos y queso de cabra 13 €, la ensalada de quinoa o la ensalada de garbanzos con langostinos 13 €. Entre las tapas y raciones destacan el falafel con salsa tahini 4,5 €, hummus de garbanzos 5 €, patatas bravas 4,5 €, berenjenas con queso de cabra y miel 5 €, parrillada de verduras 12 €, tagliatelle con pesto 12 €, salmorejo cordobés 5 €, croquetas caseras 4,5 € y revuelto de patatas con chorizo y espinacas 8 €. Entre arroces y especialidades andalusíes figuran las paellas, el cous cous de pollo 13 €, la pastela 8 €, el tajine de ternera 14 € y la ensaladilla Alcázar 4,5 €. En los platos de mar se incluyen tartar de atún 8,5 €, bacalao frito con salsa de tomate 10 €, lubina con salsa bilbaina 12 €, pulpo a la gallega 14,5 €, twister de langostino 6 € o corvina con pisto 12 €, todos elaborados con ingredientes frescos y recetas que combinan tradición y creatividad. Las carnes ofrecen medallón de buey con salsa de miel y mostaza 7€, solomillo al whisky 6,5 €, presa 7 € y carrillada ibérica 6 €, magret de pato 7 € y chupa chups de pollo 5 €, siempre cocinadas para resaltar cada sabor. Para cerrar la experiencia, los postres caseros como el coulant de chocolate 5,5 €, la tarta de naranja con chocolate negro 6 €, la tarta de queso 5,5 € o la crema catalana 5,5 €, completan la carta, invitando a disfrutar de un final dulce que recuerda la riqueza de la gastronomía andalusí.

En Alcázar Andalusí Tapas, cada plato se puede leer como un fragmento de nuestra herencia gastronómica: las especias de Siria, los guisos de Marruecos y los toques tradicionales de Andalucía se ensamblan en una carta que refleja siglos de intercambios culturales. Pero más allá de los ingredientes, lo que sorprende es la coherencia de la experiencia: un paseo por la Alameda puede terminar en una mesa donde los aromas, los colores y los sabores dialogan con la ciudad misma. La habilidad de este equipo, reside en traducir memoria e identidad en recetas accesibles, donde cada tapa tiene su propia narrativa. Comer aquí es percibir la riqueza de un legado que, aunque lejano en el tiempo, sigue presente en cada detalle: en la mezcla de texturas, en la armonía de especias y en la calma de un barrio que parece detenerse para saborear sus propios ecos.

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